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martes, 23 de febrero de 2010

Amándose

         Ella se dejaba acariciar las gotas de sudor
         olían azahar sus pechos blancos como la
         espuma del mar, él parecía su sed nunca
         saciar, su mirada la invitaba a juguetear,
         como los delfines se deslizan en el mar.


          Sus manos suaves sigilosas sin césar, recorrían
          su cuerpo como pluma en un cristal, sus labios
          tibios como un baño termal, la estremecían
          deseando más y más, su voz plasmada susurraba
          ámame más.


          Él la tomaba en sus brazos, una ves más acariciando
          sus cabellos con mucha suavidad, sus ojos brillan
          como dos gotas de cristal, la noche era perfecta para
          amar la luna iluminaba, la alcoba con su luz primaveral.


          Las estrellas y el lucero mañanero, anunciando que
           un nuevo día amanecía ¡él despertarse no quería!
                { "Solo durmiendo él con ella soñaría" }...