Atrapada por la quietud de la noche
envuelta en el silencio bendito me
deje llevar suavemente, y llegue
hasta el infinito.
Quise volver lentamente, crucificando
mi mente, pero mi alma atrapada volvió
ha la madrugada, atraída por la quietud
de la noche de mi energía empecé hacer
derroche.
El sol de la madrugada, me sorprende
aferrada a mi almohada, el silencio ha
empezado hacer ruido y la quietud ya
se a ido.
domingo, 10 de enero de 2010
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1 comentario:
Gladys: no te conocía hasta que entraste en mi blog.
Me encantan estas letras tuyas, veo que eres de las que como yo, nos gusta la noche, abrazada a la almohada o al ordenador.
Yo tampoco soy escritora oficial, pero no hay nada como la escritura para liberar el alma.
Un beso grande y te enlazo en mi blog
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